miércoles, 17 de septiembre de 2008

"El precio del petróleo y la seguridad mundial", por Henry Kissinger, Clarín, 14/9/08

El precio del petróleo se ha triplicado de US$ 30 por barril en 2001 a más de US$ 100 en la actualidad, lo cual representa la mayor transferencia de riqueza en la historia humana. Se espera que tan sólo los 13 miembros de la OPEP ganen más de un billón de dólares este año en ventas del petróleo. Inevitablemente, esto traerá grandes consecuencias políticas. Uno de los aspectos más significativos de este fenómeno es que este terremoto político y económico es provocado por algunas de las naciones más débiles del mundo a costa de las más poderosas. 
(...)
Esta situación es intolerable en el largo plazo. La política exterior de las naciones industrializadas no debe quedar rehén de los productores del petróleo. Las naciones industriales deben encontrar la forma de desalentar a los acreedores que amenazan con vender, o venden, grandes cantidades de bonos americanos, llevando a los intereses americanos a largo plazo a niveles que precipiten una crisis económica. O que amenazan con golpear firmas o industrias particulares vendiendo las acciones adquiridas por sus fondos soberanos. Mientras los países consumidores esperen pasivamente o hagan frente al reto sobre bases nacionales, con la esperanza de beneficiarse de los esfuerzos de otros, los peligros presentes van a continuar, si no a aumentar.
Todas las naciones consumidoras están en el mismo barco. Una recesión global no respetará fronteras nacionales. Ninguna nación individual puede establecer una posición preferente en forma permanente ante los productores.

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