lunes, 1 de septiembre de 2008

"Encanto y decepción por la tecnología", por Ricardo Arriazu, Clarín, 31/8/08

La permanente relación amor-odio del ser humano con la tecnología es un claro ejemplo de estas contradicciones: aceptamos con gusto el uso de tecnologías que disminuyen el esfuerzo requerido para realizar una tarea, pero nos quejamos amargamente de cómo estas tecnologías "destruyen" empleos y el medio ambiente, aíslan a los individuos, cambian nuestras ciudades y nuestro modo de vida, etc.
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Desde un punto de vista económico, estas visiones contradictorias se derivan, por una parte de nuestra incapacidad para diferenciar los efectos de corto y de largo plazo de estas tecnologías, y, por la otra parte, de una tendencia del ser humano a ignorar los efectos de sus acciones sobre el resto de la sociedad.
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Estas contradicciones dificultan el análisis de los procesos económicos. La mayoría de los "modelos" económicos utilizan "relaciones de conducta" que asocian las reacciones económicas de agentes económicos "racionales" ante distintos incentivos, pero este supuesto de racionalidad ha sido cuestionado por numerosos analistas (incluyendo un psiquiatra, recientemente galardonado con el equivalente al Premio Nobel de Economía).
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Esta creencia tiene varias falencias. Si bien es cierto que el ritmo de innovación tecnológica es impresionante, su impacto sobre la productividad total de la economía es aun inferior al de las primeras décadas de la posguerra.
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Los costos de comunicación se han reducido dramáticamente: el costo de un pasaje aéreo es hoy (en moneda de poder adquisitivo constante) menos de 1/6 del vigente en 1930, el costo de las comunicaciones es menos de un milésimo y el de procesamiento de datos menos de un millonésimo de los vigentes en aquel entonces. El impacto de esta reducción de costos sobre el desarrollo de la economía mundial es enorme.
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Me gustaría plantear una última duda. ¿Podemos afirmar que toda mejora en actividad económica mejora nuestro bienestar y nivel de vida? La respuesta no es sencilla puesto que depende de las preferencias individuales.

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