miércoles, 17 de septiembre de 2008
Fragmento de "Estados Unidos contra Estados Unidos", de Alberto Benegas Lynch, La Nación, 14/9/08
Permitir que las tareas de espionaje y las operaciones clandestinas se utilicen en las áreas civiles del gobierno contradice del modo más palmario el sentido básico del espíritu republicano, puesto que uno de sus postulados centrales consiste en la transparencia en los actos de gobierno. Sin embargo, al funcionar los aparatos de espionaje se abre en este plano una puerta trasera donde, en nombre de los "secretos de Estado", se bloquea la transparencia y el consiguiente conocimiento del público de los actos de sus mandatarios. Tolerar estos procedimientos significa que las limitaciones al poder se convierten en figuras decorativas sin aplicación real, situación en la que los abusos y atropellos más escandalosos son moneda corriente y se facilitan "operaciones" en las sombras que nunca hubieran sido autorizadas a la luz del día por ninguna mente civilizada.
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